|AVANCES DE NUESTRO PROYECTO
SEGUNDO ENCUENTRO
(Iniciamos a las 7:00 pm en el apartamento para luego desplazarnos hasta la zona verde del conjunto, 8:15 pm)
Dimos inicio a la segunda sesión con un corto saludo y posterior a ello realizamos un sondeo acerca de las expectativas que suscitó la lectura “Mayor de edad a los 14 en Colombia” propuesta a las niñas al finalizar en encuentro de la semana anterior.
Daniela nos compartió acerca de su admiración al haber leído el artículo, pues especulaba que este le brindaría beneficios como por ejemplo, ir a rumbas hasta altas horas de la noche, ya no tener que pedir permiso para salir, entre otras; pero al darse cuenta que en realidad era para poder juzgar a los chicos que por su menoría de edad la ley no podía juzgar, le dio un nuevo sentido a la lectura y finalmente dijo que “de todas formas era bueno para que pudieran juzgar a esos jóvenes delincuentes” (no lo leyó sino que le pidió a su hermana que lo leyera en voz alta).
Laura, por su parte dijo que estaba de acuerdo con la idea de los congresistas de juzgar a los menores de edad por los diferentes crimines cometidos; ya que si era cierto lo de las estadísticas que aseguran que los problemas de vandalismo, crímenes y demás, se evidencia con tanta frecuencia en los menores de edad, “pues estaba muy bien que los ajusticiaran”. Sin embargo aseguró que no le parecía que a tan temprana edad una persona tuviera la suficiente madurez para elegir y en general, tomar decisiones de adultos.
Leidy manifestó su inconformidad respecto a la forma como los políticos quieren manipular las leyes para conseguir más votos de (en sus palabras) “un poco de muchachitos que no saben ni donde están parados, todo oculto bajo la “buena” idea de juzgar a unos niños que lo que les falta es una mejor educación para que mejoren sus posibilidades de subsistir y no tengan que acudir al crimen para poder llevar alimento a sus casas”.
Para concluir con el tema nosotras hicimos nuestros aportes particulares al respecto pues estuvimos de acuerdo con cada una de las niñas en algunos aspectos propuestos por ellas; pero lo más importante es que conseguimos algo que nos llamó mucho la atención de las enseñanzas de Ana María Machado, “despertar curiosidad”. Creemos que ya empezamos a andar en los “dos pies” con que Ana María Machado sugiere que debemos iniciar “ejemplo y curiosidad”.
Una de las facilitadoras del proyecto, irrumpió el silencio que se suscitó al dar por terminado el tema de la lectura de internet, con un corto pero entusiasta cuento en el que siguiendo a “Clara Cuervo” en cuanto a “Cuerpo con Sentido”, decidimos tratar de despertar algunas sensaciones en las niñas; así pues, comenzaron a salir palabras cargadas de aromas, colores y sabores que de inmediato robaron su atención; “EL REINADO DE LAS FRUTAS”. De fondo colocamos música clásica y con una voz muy tenue, mientras una adelantaba la lectura, la otra, en medio de unas pequeñas pausas que a propósito hacíamos, las invitaba a cerrar los ojos, a que experimentaran el olor de esa fruta de la cual se estaba hablando, a que imaginaran el color, la textura, el peso, su tamaño, a que la palparan con su mente, a que la mordisquearan y sintieran sus papilas deleitándose con ese sabor particular.
Las niñas lo disfrutaron, se antojaron, se deleitaron, lo pudimos ver en las expresiones de sus rostros a medida que se avanzaba en la lectura; se rieron y al final ¡ninguna podía creer que fuera la guayaba!... pero sentían su olor, veían su color, habían tocado su textura.
Luego les invitamos una deliciosa ensalada de frutas que teníamos sobre la mesa al dar inicio a la lectura y mientras la disfrutábamos les preguntamos las sensaciones que despertó en cada una de ellas la lectura. Al darnos cuenta de que habíamos cumplido con nuestro objetivo y a raíz de que Laura preguntó acerca de la particular forma como entonábamos la voz en las diferentes situaciones; proseguimos a hacer una breve exposición acerca de la importancia de una excelente entonación, gesticulación, mímica y todo lo demás que sea necesario a la hora de transmitir el sentimiento que embarga al lector y allí hicimos una pausa, para ahondar en cuanto al despertar de cada uno de los sentidos cuando se lee; es que leer en voz alta es más que descifrar palabras, es sentir cada una de ellas, es procurar que el receptor se enamore con cada suceso, es producir en sí mismo y en el otro un sinnúmero de imágenes, olores, colores y sabores, es hacer que el escucha pueda tocar las imágenes que nosotros producimos al leer, leer necesita pasión, si no hay pasión se pierde el sentido, se pierde el contacto cuerpo a cuerpo con la literatura.
Más adelante les preguntamos si querían que prosiguiéramos con la lectura de los siguientes capítulos de “EL PRINCIPITO”; luego de que todas afirmaran su interés en dicha lectura, dimos inicio a esta con el capítulo seis y proseguimos con la lectura hasta llegar al capítulo diez donde decidimos parar pues ya había caído la noche y ellas esperaban con ansiedad una sorpresita que habíamos preparado.
Para terminar y guiándonos por “ Daniel Penacc” cuando afirma “el culto del libro depende de la tradición oral y tu eres el sumo sacerdote”, decidimos ser esa noche “las sacerdotisas de la tradición oral”. Así pues, aprovechándonos de la complicidad nocturna, bajamos e iluminadas por la tenue luz de cuatro velas que entre sus faroles tímidas se acomodaban alrededor de una pequeña zona verde en medio de dos bloques de concreto que hacen parte del conjunto de apartamentos donde tuvimos al cielo y las estrellas como parte del público que expectante suspiraba por esa noche mágica, las niñas bajaron y se sentaron según nuestras indicaciones en medio de los faroles, irrumpió el sonido de grillos, chicharras y zumbidos provenientes de una grabadora que teníamos preparada para amenizar la ocasión, las niñas callaron, una de nosotras comenzó a narrar…”por las enormes llanuras orientales, caminaba sin dirección una mujer que con gritos desesperados clamaba por sus hijos…”. En ese momento llegó ella “la llorona” dando gritos y sollozos, era una sombra blanca, pálida, enigmática, era una mujer que se movía y se quejaba; el viento sopló más fuerte, apagó una de las velas, el viento fue partícipe; las niñas gritaron, se acercaron, miraron, sonrieron…
Así continuamos contando la tradicional leyenda “La llorona” hasta terminar. Las niñas lo disfrutaron, nosotras también, una vecina se acercó a ver qué estaba pasando y se quedó hasta el final. Un final en el que todas quedamos satisfechas, las niñas con la leyenda, nosotras con la tranquilidad de la misión cumplida y la vecina con su curiosidad despejada.
Propuesta para la segunda y tercera semana (del 28 de marzo al 8 de abril)
Ya en el calor del apartamento, finalizamos la velada con la lectura del poema “Ayer por primera vez” de Jairo Aníbal Niño, es el poema más tierno y dulce que jamás había leído, a las niñas les encantó. Laura, quien está enamorada quiso saber más acerca de Jairo Aníbal Niño, las otras dos niñas la apoyaron, así que les hicimos entrega del libro “La alegría de querer”, para que ellas mismas lo fueran conociendo (a Jairo Aníbal Niño). Laura lo tomó en sus manos, Daniela pidió tenerlo el siguiente fin de semana y Leidy solicitó un tiempito a solas con el libro en el transcurso de la semana.
La idea de dejarles el libro a su disposición es que se vayan acercando a la lectura sin presión alguna, es un regalo, y como todos los regalos “el dueño decide en qué momento disfrutarlo”. Daniel Penacc dice que un libro ”no es ni más ni menos que un objeto de consumo”, pues bien, por lo visto ya habíamos despertado en las niñas el interés por consumirlo, ahora sólo falta esperar, esperar a que “no muera sin haber sido leído”.